Las tendencias pedagógicas contemporáneas, explican y permiten comprender lo pedagógico de acuerdo a las exigencias del contexto histórico, siendo referentes que crean entornos sociales y pedagógicos de la escuela en ese contexto, estableciendo diversas pedagogías en atención a los desequilibrios actuales, en virtud de la proliferación de la investigación en temas como la pedagogía, educación y la escuela (Suárez, 2000, p. 42). Lo anterior va ligado al requerimiento del pensamiento posmoderno que define una nueva situación cultural en la que la ciencia, que era la principal forma del conocimiento legítimo en la modernidad, ha dejado de ser el discurso preferente para diseñar la acción social y, por el contrario, se adoptan criterios de conocimiento particulares, sin ofrecer un modelo específico (Terrén, 1999, pp. 17 y 24).
Dentro del grupo
de las corrientes pedagógicas contemporáneas, se encuentran según Suárez (2000), las siguientes:
El paradigma ecológico: También conocido
como “Emergente”, expone las situaciones educativas de la realidad de acuerdo
con los principios de la ecología. En este la escuela es entendida como un
ecosistema social humano con una relación directa con la comunidad, sus
necesidades e intereses, compuesta por elementos que se interrelacionan tales
como la población, organización de relaciones, el ambiente y la tecnología. Implica igualmente “una visión global, holística,
compleja e interdependiente de la escuela y de los procesos que se llevan a
cabo en ella” (p. 45). Se caracteriza por:
- En el ámbito
escolar estudia las situaciones de enseñanza – aprendizaje en el aula y la
forma como los individuos responden a estas.
- El modelo del
profesor es técnico-crítico, y motiva un clima de confianza para el adelanto de aprendizajes
significativos, contextualizados en la vida del individuo.
- El currículo
es abierto y flexible.
- La evaluación
es cualitativa y formativa.
- La
investigación se centra en las interrelaciones persona-grupo-ambiente.
Las pedagogías críticas: Atienden diferentes
enfoque teóricos respecto de los procesos sociales, culturales, políticos,
educativos, de la escuela, el hombre y la sociedad, presididos por Habermas y
por la "Escuela de Francfort". Se focalizan en la producción del saber
para dar razón de la realidad y la forma de superar los obstáculos en que se
encuentran. En este sentido, expresa una preocupación desde lo que sucede en las
aulas, el desarrollo del currículo, las prácticas educativas del docente, hasta
indagar sobre el papel que cumple la sociedad en la formación del individuo. Se caracteriza por:
- Proponer una
educación progresista y crítica.
- Formar al
individuo con una perspectiva individual y consciente del mundo donde actúa.
- El alumno es partícipe
de su conformación cultural y social.
- El currículo
es contextualizado, crítico, de significación cultural y social.
El
constructivismo: En
este, el conocimiento se genera como un proceso de construcción interior que
parte de las ideas previas que tiene el estudiante formadas por experiencias y
creencias, las cuales gracias a la mediación del docente, se van transformando
hacia estados más elaborados del conocimiento. Se caracteriza por:
-
El conocimiento se construye al interior del ser, de manera independiente e
intersubjetiva.
-
El educador debe lograr entrelazar los conceptos que él propone, con ese
conocimiento previo del alumno.
-
En el currículo se potencian los preconceptos de los estudiantes, aprovechando
sus intereses y experiencias.
Resalta Suárez
(2000), que existen otras tendencias pedagógicas que no son reconocidas como “Corrientes
Pedagógicas Contemporáneas”, pero que con motivo de amplias investigaciones
pedagógicas, curriculares y tecnológicas, se han venido configurando. Entre estas se encuentran la globalización y
la transversalidad, y también las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación en la educación. Respecto de las primeras, con relación a la
globalización, es reconocida como una respuesta a la solución de la
organización de las disciplinas, en donde se evidencia la correlación entre el
conocimiento escolar con el cotidiano; por su parte la transversalidad es una
forma de organizar el currículo, permitiéndoles a los estudiantes “un aprendizaje global, significativo, contextualizado,
centrado en la idea de formación humana integral” (p. 49). Frente a las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la educación, estas
han ocasionado grandes cambio en la forma como se procesa la información, se
construye y comunica el conocimiento.
Referencias bibliográficas:
Suárez, M.,
(2000). Las corrientes pedagógicas contemporáneas y sus implicaciones en las
tareas del docente y en el desarrollo curricular. Acción pedagógica, volumen 9, pp. 42-50.
Terrán, E.,
(1999). Posmodernidad, legitimidad y educación. Educação & Sociedade, No. 67., pp. 11-47.

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